EL JUGADOR DE RIVER ESTÁ CASADO CON LA PRIMA DE RODRIGO Y ULISES BUENO Y EN SU CASA VIVIÓ UN TIEMPO DAMIÁN CÓRDOBA

La mayoría de los futbolistas de Córdoba y el centro del país tienen una fuerte relación con el cuarteto y conocen a artistas consagrados.

Es el caso, por ejemplo, de Wanchope Ábila y Julio Buffarini, las estrellas de Boca Juniors.

Lo mismo puede decirse de Matías Suárez, gran figura de River Plate, que ya tuvo también una larga experiencia europea y llegó a Núñez desde Belgrano de Córdoba, donde se formó.

La diferencia con otros es que Suárez conoce de cerca a familias emblemáticas del cuarteto, especialmente a los Bueno y Olave, porque cuando estaba en las inferiores del club “Pirata” se puso de novio con Magui Olave, prima hermana de Rodrigo y Ulises Bueno.

La relación no es sólo familiar, porque la mamá de Magui fue siempre la “tía preferida” de los hijos de su hermana Beatriz Olave y entre sus hijos hay, además del lazo de sangre, una amistad profunda, tanto que la esposa de Súarez define a su primo Ulises como “hermano del alma”.

Magui, que era chica cuando murió Rodrigo, sí creció a la par de Ulises y fue corista de él, hasta que formó su propia banda y se hizo solista.

El jugador de River también tiene pasión por la música. Toca los timbales y cuando jugó para el Anderlecht, de Bélgica, armó su propio estudio para los ensayos y grabaciones, de él y de su esposa. Cuando volvió, construyó otro acá.

Y al parecer, Matias tiene canciones cuarteteras compuestas junto a su esposa. Eso sí, por ahora sólo toca para la familia y los amigos.

Por otro lado, el futbolista también tiene una relación estrecha con Damián Córdoba, estrella indiscutible del cuarteto cordobés desde ya hace muchos años.

Damián es de Catamarca y comenzó a ser nombrado cuando su comprovinciano Walter Olmos lo presentó en el estadio Luna Park.

A partir de ese espaldarazo, cuando todavía era muy jovencito, Damián empezó a forjar su propia historia en el cuarteto, apoyado totalmente por su padre, Héctor “Coco” Córdoba, quien dejó su trabajo para convertirse en su representante.

Y fue “Coco” quien decidió un día que, para crecer, su hijo debía mudarse a Córdoba.

El mismo Matías Suárez recordó en notas a medios periodísticos cordobeses que su madre le prestó una pieza a la familia Córdoba cuando llegaron de Catamarca.

Al poco tiempo, por cuestión de comodidad, los Córdoba se mudaron a la casa de la hermana de Matías Suárez.

El hoy gran figura de River jugaba en las inferiores de Belgrano, le gustaba el cuarteto y desde aquella época es fanático y amigo de Damián Córdoba.

“Me gustaba ir a los bailes a ver a mis amigos, no sólo a bailar, y cuando llegué a primera división lo hacía si tenía libre, pero después se empezó a hablar, siempre hay alguien que comenta, y comprendí que no correspondía”, reveló Matías Suárez.

En su casa se escucha todo tipo de música, pero lo que manda es el cuarteto, por su esposa cantante y por sus amigos de toda la vida con los que compartían sueños: él, de gritar goles en un estadio de fútbol que atronaba por los fanáticos; y ellos, de cantar y bailar sobre un escenario para multitudes.

Lo lindo de esta historia es que a Matías y a sus amigos se les cumplieron los sueños.

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