LA NOCHE EN QUE EL CANTANTE DE LA NUEVA LUNA ESPERÓ EL SHOW DE LA ROSARINA Y DESPUÉS ELLA LE CANTÓ COMO EN UNA SERENATA
Una nota rescatada del archivo de MDT. Lo publicamos en la edición 96 (marzo 2015), pocos días después del encuentro.
Fue una noche mágica en un boliche de la zona oeste del Gran Buenos Aires, de esas que no se olvidan más, con dos grandes artistas programados y un momento que nadie imaginó.
Lo que seguramente sí planeo Marcelo “Chino” González fue terminar su show con La Nueva Luna y luego esperar (si se daban los tiempos) la llegada de Dalila, para saludarla y verla en vivo.
Lo que difícilmente él se esperaba es que ella, en medio del show, le dedicara un tema, le cantara mirándolo a los ojos como si fuera una serenata a un enamorado.
No le podemos preguntar al Chino qué sintió en ese momento (que una chica le cantara y que esa chica fuera nada menos que Dalila) porque falleció en diciembre 2017.
Nos queda esa duda. Lo que sí sabemos es que esa noche, todos los presentes se emocionaron tanto como Dalila y El Chino.
Esta es la nota completa que publicamos en la edición 96 y fotos de ese momento entre estas dos grandes figuras de la movida tropical argentina.
“El encuentro fue en Lunes de Pinar y el responsable absoluto fue la admiración que se tienen mutuamente. Nos referimos al momento emotivo que protagonizaron El Chino, de La Nueva Luna, y Dalila, en pleno escenario del mítico boliche de la ciudad bonaerense de Ramos Mejía. Un gestor indirecto fue Marcelo “El Tigre” Romero al programarlos en la misma noche, pero el productor no se imaginaba que luego de su show el cantante de La Nueva Luna le preguntaría: ¿Ya llega Dalila? Como la respuesta fue sí, El Chino decidió sobre la marcha que la esperaría para saludarla y se lo comunicó al Tigre y a su grupo.
Primero se abrazaron en el camarín, como dos viejos amigos; se elogiaron, se emocionaron e hicieron conmover a los que estaban presentes. No es frecuente que esto ocurra, porque los dos son grandes estrellas de la movida tropical y siempre andan a las corridas en las noches de shows y con múltiples compromisos en los pocos momentos libres que les quedan.
Todos pensaron que el encuentro terminaría allí, pero se equivocaban. El Chino resolvió quedarse mientras Dalila salió a dar su show y luego subió a verla desde el escenario. Cuando la multitud presente lo descubrió, estalló en una ovación enorme. Y esta vez, los ángeles alados de la excitación rozaron no a un grupito sino a miles y miles de personas que vivían un momento único. El abrazo interminable entre estas dos figuras, al ritmo de la cumbia santafesina, fue coronado con aplausos y gritos de sus admiradores.
-¿Qué te puedo decir? Lo recuerdo y se me eriza la piel. Fue inolvidable- revela El Tigre, con tantas noches como la luna, pero que todavía no encontró el antídoto para contener emociones”.